viernes, 15 de diciembre de 2006

Alas calladas







Fue en un bosque pétreo donde el cóndor desplegó el instinto
y se hizo vuelo eterno en pliegues memoriosos.
Festivo imperio sobre cumbres invencibles.
Comprendo el sentido.
Cientos de luceros encendieron un himno
el suelo fue dueño y destino de muchos.
Hombres que siendo niños dispusieron tiempo.
Mujeres con pulso fuerte, empeño entero.
El territorio fue hecho con simiente verde.
Creció un continente
un metro, cientos de gestos
distintos rostros credos diferentes.
Un rocío lento mojó los esfuerzos
se removieron escombros con fiebre que no cede
surgieron terruños, montes llenos de bríos.
Lobos y corderos comieron restos de todos los sueños.
El mundo se hizo estéril
no contiene ni crece.

Fue en un bosque pétreo donde el cóndor desplegó el instinto
y el universo vertió un diluvio de peces.
Tiempo corto
resurrección y muerte.
Me pierdo en un destierro que consume símbolos
sobreviviré
del cóndor heredé el instinto.
® Cecilia Ortiz

4 comentarios:

Pedro Pablo Pérez S dijo...

Excelente, Cecilia he amado tus palabras y fluyo en tus sentimientos...!Bravooooo!!!!!

Cecilia Ortiz dijo...

Gracias Pe, por el fluir de tus sentimientos, y el encuentro siempre grato contigo.
Un abrazo.

Milagro Haack dijo...

Mis saludos Cecilia. Como siempre nos sorprende con tu verbo y la forma de decir desde adentro, desde la raíz de la palabra, desde el mismo sentir humano que trasciende.
Un gran abrazo
Siempre
sencillamente
Milagro Haack

Cecilia Ortiz dijo...

Hola Mila!! gracias por tu comentario y por la visita..
Un abrazo enorme desde el sentimiento de amistad que nos une. Siempre(como dices tú)
Besos.