lunes, 18 de abril de 2011
Retamas
Porque yo, siendo coplero
de ser Rafael Alberti
pasé a ser Juan Panadero.
Rafael Alberti
Sonríe y no
sólo deja bajo el sombrero
marrón
pura sombra iluminada
por el bronce de su voz.
Largo el cuerpo, finas manos
angosto
su apretado cinturón
y manchados sus zapatos
en blanco, verde
y granate.
Detrás de él van sus versos
delante
la realidad de los tiempos
que todos viven
y él canta.
Él, sonríe y no
a los ojos
oídos y vacías palmas.
A su paso los balcones
se abren
y ávidos le claman .
Muchos saben lo que él sabe
y dejan ante sus puertas
varas de floridas
retamas.
Toda la gente sonriendo
en ciudades y campaña
paga el pan
al Panadero
que sin harina
se amasa.
® Cecilia Ortiz
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