miércoles, 14 de mayo de 2008

Mujer en el mercado


10 de noviembre de 2007



Es de mañana, en Santo Domingo de Tonalá, Oaxaca, México.
Laura, Socorro y Rosa María se han quedado.

Ivonne, Patricia, María Elena y yo, hemos ido a visitar con un guía, designado por el Municipio, el cañón del Boquerón.

No hay mucha gente en Tonalá. Es el día sábado 10 de noviembre de 2007.
La feria atrae a Laura.
Poca gente. Algunos puestos abiertos y todo lo demás cerrado.
No hay mucho para hacer en esta mañana. El tiempo pasa lento y la cámara de Laura está ansiosa.
Las casas quietas, las paredes luminosas, algunas personas caminan rápido hacia no sé sabe dónde.
En la plaza los pájaros cantan su libertad.
Los ojos de Laura distinguen una figura y se encamina hacia ella.
Señora, buenos días. ¿Me permite tomarle una fotografía?
Todo lo que estaba quieto comienza a moverse.
La mujer con sus movimientos hace el milagro.
Suelta el pelo, lo peina. Lo recoge. Acomoda el vestido, pone sobre sus hombros una chalina oscura. Se demora en acomodarla.
De golpe recuerda que no se ha puesto aros. Busca.
Toma asiento entre las cosas que vende. Y posa.
Como si fuera una estrella de cine, con el mismo porte.

La vida es un aprendizaje, siempre. En cualquier lugar del mundo.
Es lo que siento cada vez que veo esta fotografía. Lo cuento en tiempo presente, no sé por qué.
Tal vez, mi mente me lleva al lugar, aunque no estuve cuando se hizo la foto.
Y el recuerdo me lleva a mi madre. (Mery) Cada tarde, cuando terminaba las tareas de la casa, luego de lavar la cocina., se cambiaba de ropa, como si fuera a salir a pasear.
Pulseras, anillos, collares, perfume y crema para la cara y manos.
Mi abuela Rafaela, su madre, hacía lo mismo. Tacos altos, blusa blanca, el trajecito negro entallado en la cintura y una chalina si hacía fresco.

Cuando llego de la calle, lo primero que hago es ponerme ropa de entrecasa, como para no volver a salir. Ahora estoy escribiendo así, Casi son las seis de la tarde de este día miércoles, con actos políticos, partidos de fútbol, desabastecimiento en los negocios de comestibles. Una tarde para olvidar lo que ocurre afuera.

Pero lo que quería contar era otra cosa.

Siempre me hago el firme propósito de imitar a mi madre, a mi abuela y a esa señora de la fotografía. Tengo que ser más constante.

La vida es un aprendizaje. Siempre. En cualquier lugar del mundo.



A Laura Novoa- Costa Rica
Sensible, intuitiva, sincera. Poeta.
Un gran abrazo Lauri.



® Cecilia Ortiz

Experiencias por el mundo


13 comentarios:

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Un relato conmovedor, Cecilia. La abuelita componiéndose para la foto nos habla de su ilusión por la vida, al igual que tu madre y tu abuela: un gesto cotidiano de auto-cuidado para mostrar a los demás lo hermoso de uno mismo, gustarse uno para gustar a los demás, quererse uno para que le quieran. Tienes razón, la vida es un aprendizaje continuo y maravilloso.

Gracias por compartir con nosotros esta foto y este recuerdo.

Un beso.


Soledad.

Pedro Pablo Pérez S dijo...

Exquisito relato Ce. Recordé a mi madre que es así, de presumida, como lo fuera la tuya y tu abuela.

Un abrazo

Cecilia Ortiz dijo...

Soledad:
Tienes razón, habla de la ilusión por la vida.
Gestos cotidianos, gestos...
Gracias y un super abrazo.

Cecilia Ortiz dijo...

Pe: puedo a ver la señora de los ojos que ríen.
Gracias por tu visita al Ala Sur.
Besotes.

Imagine Photographers dijo...

Bonito relato y es cierto que la vida es aprendizaje de un oficio sin límites.
He pasado por casualidad pero no me arrepiento.
Saludos

Cecilia Ortiz dijo...

Gracias "imagine photographers".
Por tu visita y el comentario.
Saludos.

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Solamente una visita para desearte un buen día.

Un beso.


Soledad.

Cecilia Ortiz dijo...

Igualmente Soledad, que tengas un buen día.
Besos.

Catalina Zentner Levin dijo...

Cecilia, ¡qué historia! Miro la foto con detenimiento, el señorío de la dama es visible.
Yo soy de las que en la casa, buscan ropa de descarte, tienes mucha razón, el arreglo personal nos hace sentir mejor y una pizca de coquetería siempre viene bien para nosotros y los que nos rodean.

Cecilia Ortiz dijo...

Cati:
Gracias por tu visita y comentario.
Señorío, la palabra que usaste, y creo que es adecuada, la que más se ajusta a lo que cuento.
Señorío.
Para tenerlo en cuenta, desde que abrimos los ojos por la mañana.
Un abrazo enorme.

Mariela Cordero dijo...

Imagen y texto que conmueven, en su expresión hay amor y vivencias. En ella se honran a miles de mujeres luchadoras.
Gracias por capturar este instante y compartirlo.

Mariela Cordero
Venezuela

Cecilia Ortiz dijo...

Mariela:
Gracias por tu visita y por las palabras.
Un gran abrazo desde Buenos Aires.

Anónimo dijo...

Ceci muchas gracias,hasta ahora lo leo.
Un abrazo desde Costa Rica.
Laura Novoa.